La clase media, descontenta por la dictadura y con ideas y movimientos en desacuerdo o en contra del régimen empezó a expresarse por medio de caricaturas políticas, impresas en periódicos de la época como “El hijo del Ahuizote”. (1885-1903). El ingenio y sentido del humor satírico son los principales elementos de estas caricaturas que fueron auxiliares al movimiento contra la dictadura.
Este tipo de publicaciones fueron perseguidas en la época, por ir en contra de la ideología impuesta; es por esto que en un principio fueron anónimas, pero en tiempos de “El hijo del Ahuizote”. En general las caricaturas devaluaban al gobierno y a Porfirio Díaz de distintas maneras, tratando de hacer llegar a la sociedad el mensaje de “injusticia” o descontento.
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